La vida está llena de revoluciones, íntimas, pequeñas y cotidianas sin necesidad de empuñar espadas ni ser Juana de Arco. Puedes despertar en una cama que no es la tuya pero sabes que harás de ella hogar y descanso cuando tu cuerpo lo necesite. Estrenas taza y café y es como la primera vez de muchas que vendrán. Te sientes nueva por dentro y solo quieres habitarte más y mejor. En tránsito, siempre en tránsito entre un lugar y otro, aprendiendo a vivir los espacios intermedios como los únicos posibles aquí y ahora. Ves montañas altas, muy altas y el miedo a escalar desaparece a fuerza de subir por ellas palabra a palabra. La vida nos empuja hacia la revoluciòn cuyo inicio es un sonido íntimo y profundo que resuena como un eco dentro, muy adentro. La vida está llena de pequeñas revoluciones como abrir una ventana y divisarte en otro paisaje.
martes, 3 de marzo de 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Nunca debí hacer caso a mi madre
De verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...
-
La vida está llena de revoluciones, íntimas, pequeñas y cotidianas sin necesidad de empuñar espadas ni ser Juana de Arco. Puedes despertar ...
-
De verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...
-
Siéntete pequeña aunque la inmensidad de la vida te habite. Siéntete pequeña porque solo eres hija de, nieta de y no madre ni padre (aun...
No hay comentarios:
Publicar un comentario