sábado, 22 de febrero de 2020

Eva, celeste carne de mujer, acusada de traidora (por tu culpa, tu gran culpa) Nadie te dijo que no fuiste la primera.Te condenaron y nos condenaron a vagar sin sombra. Fuimos educadas a tu imagen y semejanza, y así nos ven algunos hombres, sin saber que tu otra mitad es Lilith, la que ejerce su libertad y se marcha cuando no quiere estar en un lugar aunque le digan que es el paraíso; la que explora su femineidad, su sexualidad, su deseo, su oscuridad y su brillo. Vivimos divididas porque no nos contaron que somos una, "LithEva".Nos desordenaron a conciencia para no escuchar nuestra voz, esa que nos dice "descubre en ti tu propia verdad" Y nos creemos solas. Aunque nos acompañen otras, no las reconocemos. ¿Y ellos? ¿Dónde están ellos? También caminan errantes, algunos; soberbios, otros. Se creen protegidos por el poder que da la historia que les contaron. Sin embargo, a ellos también les mintieron, les ningunearon. Son esclavos y no lo saben, todavía.

martes, 4 de febrero de 2020

Tiempo. Compro tiempo. Necesito tiempo para ir más despacio. Tiempo para mí, para cuidarme y para no hacer nada. La prisa me invade y no veo con claridad. He intuido, a lo lejos,  el origen de tanta aceleración desenfrenada: querer ser productiva todo el tiempo. Mi mente planifica al milímetro pero mi cuerpo no es capaz de seguirla. Saltar vallas que yo misma me  pongo de lunes a viernes y querer seguir saltándolas en fin de semana no es posible. Correr, correr y no  poder llegar a ninguna  meta. Quiero aprender a  perder el tiempo como forma de ganarlo, de ganarme. Mi cuerpo va lento, pienso yo, pero quizá es que ahora ha encontrado, por fin, su propia cadencia y ha dejado de escuchar mi desabrido látigo ¿No se trata ahora de escucharme? ¿De no seguir ese viaje hacia la nada? Despacio, despacio para sentir mi tiempo. No hace falta apagar ningún fuego. Más bien dejar que crezca dentro y lento. Acostumbrarme a que el calor vaya conmigo a todas partes y no dejar que ningún látigo lo apague.

sábado, 1 de febrero de 2020



Fue ayer

En el borde de tu boca
agujeros negros.
A mi piel
 adheridos
tus silencios,
tu vacío
y mi desconcierto.

En mitad de la noche
el tiempo giró sobre su propio eje
agotado
lívido
lleno de preguntas
 sin respuesta.

He hecho limpieza de recuerdos
pero sé que fue ayer,
 ayer mismo.

Nunca debí hacer caso a mi madre

 De  verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...