Respiro, solo respiro. Es fácil si eres gota, espuma, arena y piedra. Sin pretensiones. Lo viejo se ve desplazado por lo nuevo hasta que un día se inviertan los papeles y todo comience sin fin. Lo olvido con la fragilidad de lo cotidiano. Y entonces recuerdo que las mejores vistas las tenían mis muertos pero yo únicamente huelo el sabor de la sal. He bajado la cuesta de mi memoria buscando el arrullo del mar, la experiencia a mar de un año que desaparecerá tras el sonido de la última campanada. Crees que ahí empezará todo pero no será cierto porque todo continuará en el punto exacto donde lo dejaste.
domingo, 29 de diciembre de 2019
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Luces y sombras
Vivimos en una sociedad fascinada por el alumbrado navideño. La anestesia de lo aparentemente bonito para no mirar el dolor de lo feo y la ...
-
La vida está llena de revoluciones, íntimas, pequeñas y cotidianas sin necesidad de empuñar espadas ni ser Juana de Arco. Puedes despertar ...
-
De verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...
-
Después de querer ir con él a todos lados, oponerme con fiereza a cualquiera de sus decisiones, escuchar sus palabras, tanto si me gustaban...
No hay comentarios:
Publicar un comentario