El portal tiene solo cinco centímetros de altura pero cuando subes el pie y te plantas arriba, posee toda la profundidad del mundo para caer en él. Y te caes como si de un pozo sin fondo se tratara porque así son los pozos tejidos por el destino, nunca los eliges, son ellos los que te escogen a ti. En la oscuridad en la que te encuentras, la vista no te sirve de mucho y tus ojos son ahora tu corazón. Nadas hasta encontrarte con el oasis de unos brazos que te detienen el tiempo necesario para recordar que todos los oasis son siempre transitorios y, por eso, porque ellos pasarán por ti y tú no te quedarás, necesitas disfrutarlos. Solo así tomarás el jugo de lo ya vivido convertido ahora en lo mejor de ti. Solo así tendrá sentido lo que está por venir.
domingo, 2 de agosto de 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Nunca debí hacer caso a mi madre
De verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...
-
La vida está llena de revoluciones, íntimas, pequeñas y cotidianas sin necesidad de empuñar espadas ni ser Juana de Arco. Puedes despertar ...
-
De verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...
-
Siéntete pequeña aunque la inmensidad de la vida te habite. Siéntete pequeña porque solo eres hija de, nieta de y no madre ni padre (aun...
No hay comentarios:
Publicar un comentario