viernes, 14 de mayo de 2021

Fuegos artificiales

 ¡Qué gusto da ver el paisaje desde arriba de la colina! ¡Qué bien poder dar sentido a lo que se divisa y disfrutar de las vistas! Porque no ha sido fácil recorrer el camino que me ha llevado hasta allí; porque una se ha caído y se ha levantado muchas veces y, otras, no se ha visto con ánimo suficiente para continuar ( "y aquí me quedo, y aquí me quedo"). Sin embargo, cuando llegas al final, que no es más que un principio vestido de una manera informal, nunca hay fuegos artificiales esperando que corones la cima de una montaña ( y los he esperado tanto tiempo cuando siempre han estado dentro de mí), sientes que todos los tiempos han ido cuadrando milimétricamente y que nada de lo ocurrido podría haber sucedido de otra forma; que todo ha ido a su tiempo, sin que controlaras el resultado aunque hayas sido tú quien sintiera la necesidad de avanzar o parar. Absortos como estamos en nuestras pequeñas cosas, perdemos la grandiosidad de las sincronías, creyéndonos a salvo de las leyes del universo cuando, en realidad, nos gobiernan. Somos parte, siempre lo hemos sido aunque nos creamos otra cosa. 

Y todas esas ideas me han venido hoy a la cabeza después de saber que una etapa profesional y personal se corona este año y que, irremediablemente, estamos destinados a empezar de nuevo ligeros de equipaje pero con la mochila llena de ganas, de sueños y de ilusiones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nunca debí hacer caso a mi madre

 De  verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...