sábado, 11 de julio de 2020
Parar.
Escuchar el latido.
Ahondar en la fuerza de la raíz
para sentir el cielo.
El reposo es la única guía de los guerreros.
Vendrán viejas tormentas a tantear nuestra alma y nuevas alegrías envueltas en inesperadas casualidades.
Querremos,
cuando el recuerdo sea olvido,
saltar nuevos charcos con la inocencia del que intuye que en el impulso está el aprendizaje de la vida con mayúsculas.
Volveremos a recorrer los mismos caminos
pero sabiendo que una mirada lo cambia todo.
Seremos los de siempre aunque nunca más los mismos.
Ahora sabemos regresar.
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