martes, 22 de noviembre de 2022

Nunca debí hacer caso a mi madre

 De verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a conseguir con eso? ¿Tanto se aburre en el pueblo? Mi madre, encendida de ira, me cruzó la cara de un bofetón. Todavía me acuerdo del escozor de mi piel y de la rabia contenida en los dedos de mis manos. Mi madre acababa de romper con la imagen de santa y mártir que yo tenía de ella. Ella que a sus dieciocho años se casó con un hombre veinte años mayor, rico, eso sí, pero mujeriego y pendenciero como él solo. Ella que jamás dio un disgusto a sus padres, los dos maestros del pueblo, que vieron cumplidas sus ansias de prosperar cuando ese hombre, que acabó siendo mi padre, le pidió la mano de su hija porque acababa de perder a su segunda mujer de parto y, al quedar viudo nuevamente, necesitaba una buena mujer que asumiera el papel de esposa en su casa y criara a sus ocho hijos, seis de un matrimonio anterior y dos del último, al tiempo que mantuviera el ímpetu y la fortaleza de la juventud para darle los hijos que Dios dispusiera. Ella que dijo sí a todo sin rechistar y que se hizo cargo de un marido, una casa y unos hijos que, aunque no eran suyos, los quiso como si lo fueran. Y allí estaba ahora, delante de mí, con su falda negra hasta las rodillas a modo de hábito y su blusa a rayas negras y grises, mirándome con esos ojos oscuros a juego siempre con el tiempo que nos había tocado vivir, un tiempo lleno de comodidades de puertas para afuera pero amargo e insípido cuando se traspasaba el umbral, repitiéndome una y otra vez que necesitaba que yo fuera sus ojos y sus oídos en aquella casa porque ella se estaba consumiendo a golpe de tic-tac.

Sin embargo, hacía tiempo que yo me dedicaba a estudiar mi carrera de maestra en la Escuela de Magisterio, además de disfrutar de las zarzuelas del Teatro Principal y de cuantas fiestas y jaranas hubiera en mis felices 20 sin preocuparme de nada que no fuera yo misma. Mi padre me dio la libertad de salir del pueblo, de sus calles llenas de iglesias y de los rumores constantes de unos habitantes provincianos y chismosos que andaban todo el día con que “si la fulanita, fíjate” o “el menganito, ¡qué barbaridad!” como única ocupación. Me ahogaba el olor a beata en cada esquina. Yo nunca iba a consentir que aquellas calles empedradas fueran mi mortaja mientras viera la adoración en los ojos de mi padre, porque en aquel entonces eso era lo que yo creía ver en él,  y supiera que nunca sería capaz de negarme nada. Y no pudo negarse a que yo estudiara ni a que me fuera de allí, por más que me endosara a mi tía, la solterona tía Lola, como carabina a mis hermanos y a mí. No me importó compartir mi vida con mi tía y con las cada vez más frecuentes visitas de mi padre, que se presentaba en aquella casa con cualquier pretexto.  

Nunca debí haberle hecho caso a mi madre. Nunca. Me apiadé de sus ojos, de su voz, de su sufrimiento sin pensar en mí. Su victoria fue mi fracaso.  Nunca debí haberle hecho caso, me repito sin cesar desde entonces. Como tampoco debí haber abierto la puerta de la habitación de mi tía aquella tarde al volver de clase.  

domingo, 3 de abril de 2022

Miedo

 Apareció el miedo como un inmenso río marrón de aguas movedizas; como una luz en mitad del río, enfocando un espacio interior de un violeta claro; como un haz de ramas a las que asirse en mitad de una búsqueda mientras que , lo que hasta hoy se consideraba imprescindible, se despegaba de su asidero original hundiéndose en una espesura líquida de tonos terrosos. Anidó en mí con toda su crudeza durante unos días nublados, espesos. Lo cuidé al igual que se cuida la raíz y el sustento. Seguí bailando mi vida diaria con él, un rato de la mano y otro a cuestas. El miedo me hace sentir vulnerable, fuera de la ilusión de control, me rinde a algo mucho más grande que yo. Me recuerda que soy accidental. El miedo vendrá cuando no sientas seguridad en tu propio cuerpo, pero no se quedará, como la niebla de los días de frío invierno, si escucho a la  sombra que me mira detrás del espejo. 

domingo, 11 de julio de 2021

Variaciones sobre un tema



Parar. 

Escuchar el latido. 

Ahondar en la fuerza de la raíz

para sentir el cielo.

El reposo es la única guía de los guerreros. 


Vendrán viejas tormentas. 

Tantearán nuestra alma. 

Tropezaremos con nuevas alegrías

 envueltas en inesperadas casualidades. 


Querremos, cuando el recuerdo sea olvido, 

saltar nuevos charcos con la inocencia del que intuye que en el impulso está el aprendizaje de la vida con mayúsculas. 


Volveremos a recorrer casi  los mismos caminos, 

sabiendo que una mirada lo cambia todo. 


Seremos los de siempre 

aunque nunca más los mismos. 


Ya sabemos regresar.

viernes, 14 de mayo de 2021

Fuegos artificiales

 ¡Qué gusto da ver el paisaje desde arriba de la colina! ¡Qué bien poder dar sentido a lo que se divisa y disfrutar de las vistas! Porque no ha sido fácil recorrer el camino que me ha llevado hasta allí; porque una se ha caído y se ha levantado muchas veces y, otras, no se ha visto con ánimo suficiente para continuar ( "y aquí me quedo, y aquí me quedo"). Sin embargo, cuando llegas al final, que no es más que un principio vestido de una manera informal, nunca hay fuegos artificiales esperando que corones la cima de una montaña ( y los he esperado tanto tiempo cuando siempre han estado dentro de mí), sientes que todos los tiempos han ido cuadrando milimétricamente y que nada de lo ocurrido podría haber sucedido de otra forma; que todo ha ido a su tiempo, sin que controlaras el resultado aunque hayas sido tú quien sintiera la necesidad de avanzar o parar. Absortos como estamos en nuestras pequeñas cosas, perdemos la grandiosidad de las sincronías, creyéndonos a salvo de las leyes del universo cuando, en realidad, nos gobiernan. Somos parte, siempre lo hemos sido aunque nos creamos otra cosa. 

Y todas esas ideas me han venido hoy a la cabeza después de saber que una etapa profesional y personal se corona este año y que, irremediablemente, estamos destinados a empezar de nuevo ligeros de equipaje pero con la mochila llena de ganas, de sueños y de ilusiones.


domingo, 21 de marzo de 2021

Sombras

 

Te acostumbraste,

otros pretendieron la luz.

No sospechaste,

eras alumbrante y alambrada

de ti misma

-el universo cóncavo y convexo-


No es tiempo de encajes

-tristes ornamentos de un cuerpo bello-

ni de encajar

-tu alma no contiene ataúdes-

Solo cae el velo,

mueres 

mudas. 










viernes, 19 de marzo de 2021

Papá

 Después de querer ir con él a todos lados, oponerme con fiereza a cualquiera de sus decisiones, escuchar sus palabras, tanto si me gustaban como si no, he llegado a una madurez en la que tú y yo podemos hablar de muchas cosas después de haber probado el desierto del silencio. Supongo que siempre hubo la posibilidad de pedirte ayuda y solo ahora soy capaz de darme el permiso para hacerlo. Lo que antes se me quedaba en la garganta atravesado, ahora me sale solo: gracias, papá. Te quiero. Solo era cuestión de tiempo.

miércoles, 6 de enero de 2021

Deseos

 Os deseo felicidad porque  si hemos  vivido plenamente la tristeza, la insatisfacción y la pena seremos capaces de apreciar esos pequeños instantes de armonía y alegría que nos regala la vida.

Os deseo amor aunque no un amor cualquiera, sino el amor que uno es capaz de sentir por sí mismo y su entorno cuando se ha pasado la vida buscándolo y ha comprendido que sólo  podía hallar dentro de sí mismo lo que con tanta ansia buscaba fuera.

Os deseo éxito sabiendo que a veces el éxito se gesta en el fracaso porque es el que pone a prueba nuestra fortaleza, nuestros deseos y nuestra propia capacidad para lograrlos. 

Os deseo vida. Una vida consciente de que es aquí y ahora cuando sucede todo. Una vida que sabe que la muerte está presente para hacer más grande el misterio de nuestra humanidad. Una vida que incluya todo lo que somos y lo que nos queda por vivir. 

Nunca debí hacer caso a mi madre

 De  verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...