martes, 5 de noviembre de 2019
Te he visto hoy cruel, negro, retador.
Aun así te he puesto un plato en mi mesa.
Cínico y traidor has pintado mis paredes
de imágenes insólitas, íntimas.
Has habitado mis ropas.
Mi casa has convertido en tu casa
y, cuando te has sentado a mi mesa,
con una media sonrisa, me has recordado que
esa también soy yo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Nunca debí hacer caso a mi madre
De verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...
-
La vida está llena de revoluciones, íntimas, pequeñas y cotidianas sin necesidad de empuñar espadas ni ser Juana de Arco. Puedes despertar ...
-
De verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...
-
Siéntete pequeña aunque la inmensidad de la vida te habite. Siéntete pequeña porque solo eres hija de, nieta de y no madre ni padre (aun...
No hay comentarios:
Publicar un comentario