martes, 5 de noviembre de 2019


Te he visto hoy cruel, negro, retador.
Aun así te he puesto un plato en mi mesa.
Cínico y traidor has pintado mis paredes
de imágenes insólitas, íntimas.
Has habitado mis ropas.
Mi casa has convertido en tu casa
y, cuando te has sentado a mi mesa,
con una media sonrisa, me has recordado que
esa también soy yo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nunca debí hacer caso a mi madre

 De  verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...