sábado, 26 de octubre de 2019

El otoño es una invitación a dejarnos caer sobre la tierra y confiar en que seremos sostenidas mientras soltamos lo que ya no nos es útil. Somos nuestra propia tierra fértil que hay que mullir  y nutrir para que se convierta en el hogar de nuestras semillas. Nos replegamos, nos ensimismamos buscando el arrullo de la tierra-madre. Nos horadamos, nos  aramos, nos regamos, nos exponemos al sol y a la lluvia hasta que nos parimos y retornamos siendo otras al ciclo de la vida.

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