viernes, 30 de octubre de 2020

Ganancias

 Quiero perder el tiempo al doblar una esquina.

Que se me caiga del bolsillo de manera casual y definitiva. 

Quiero perder el tiempo contemplando una puesta de sol sobre un lecho de azules.

Quiero perder el tiempo sintiéndome triste, cabreada y un poco asustada. 

Quiero perder el tiempo por los verdes olivares de mi infancia. 

Quiero que se pierda el tiempo y se llenen los pozos de relojes inservibles.

Quiero perder mi tiempo para que tú, liberado de la esclavitud de buscar, me encuentres.

jueves, 22 de octubre de 2020

Tormentas

 Las tormentas, las elegidas y las inesperadas,  hay que vivirlas. El viento se lleva aquello que no ha echado raíz y no se sujeta más. La parte más dura es identificar lo que ya no te sirve y dejar que se suelte. Cuesta porque te daba un sentido de la pertenencia, te unía al clan. Sin embargo, ya ha dejado de servirte. Duele perder, desprenderse de partes de ti, incluso de ideas y personas que te acompañaron. No obstante, hay ganancia en la pérdida aunque ahora no lo puedas ver. Ya hay más espacio para lo nuevo y eso solo lo sientes  cuando has aceptado el envite de los truenos y el miedo. Siempre hay miedo y recuerdos y tristeza por lo que fue y nunca será más. El cuerpo sabe si escucha el sonido del alma. Nos recuperamos de la lluvia estando presentes y nombrando lo que ya no podemos respirar. Alzamos la voz para dejar de callar lo que nos ha estado pudriendo por dentro. Le damos la palabra a la sombra hasta que llega la luz. Y seguimos, amiga, aunque te eche muchísimo de menos,  siempre seguimos adelante. Vamos con todo una vez más. 

lunes, 12 de octubre de 2020

Pequeña

 Siéntete pequeña

aunque la inmensidad de la vida te habite. 

Siéntete pequeña

porque solo eres hija de, 

nieta de

 y no madre ni padre (aunque estos vivan dentro de ti)

Siéntete pequeña 

porque la vida posee siempre la visión

 de conjunto. 

Siéntete pequeña 

aunque hayas venido a hacer grandes cosas: tomar, dar, sentir, experimentar, amar...

Siéntete pequeña,

para la vida siempre serás grande 

en tu inmensa pequeñez.

martes, 6 de octubre de 2020

Oxígeno

 A veces para escuchar con profundidad el latido del corazón, hay que desenterrar la tierra. Arar con tus propias manos los escombros de pérdidas y autoengaños. A veces respirar un aire viciado por el peso de un andamiaje de aguantes, te ahoga. La alegría queda a la espera, velando una resurrección pospuesta pero inevitable. El llanto profundo, el auténtico, el que arrastrará el lodo hacia la boca no tardará en llegar. Te das tu tiempo, porque sabes que, al final, todo se reduce a permitirte ser tiempo, habitar un cuerpo mortal y someterte a sus vaines. Asusta la vida que se va tanto como la muerte que viene y, sin embargo, con cada respiración seguimos en el juego, asumimos el reto de estar y ser. Ahora que solo somos mirada no resulta fácil sostenerla. Mirar limpio se ha convertido en una tarea imprescindible al igual que renovar el aire que respiramos, ese que ,aunque creamos que está limpio porque viene de dentro, nos recuerda con su olor que ya es pasado y necesitamos liberarlo.

domingo, 2 de agosto de 2020

Oasis

El portal tiene solo cinco centímetros de altura pero cuando subes el pie y te plantas arriba, posee toda la profundidad del mundo para caer en él. Y te caes como si de un pozo sin fondo se tratara porque así son los pozos tejidos por el destino, nunca los eliges, son ellos los que te escogen a ti. En la oscuridad en la que te encuentras, la vista no te sirve de mucho y tus ojos son ahora tu corazón. Nadas hasta encontrarte con el oasis de unos brazos que te detienen el tiempo necesario para recordar que todos los oasis son siempre transitorios y, por eso, porque ellos pasarán por ti  y tú no te  quedarás, necesitas disfrutarlos. Solo así tomarás el jugo de lo ya vivido convertido ahora en lo mejor de ti. Solo así tendrá sentido lo que está por venir. 

domingo, 19 de julio de 2020


Cruza. Ya se adivina tierra firme. No olvides que la seguridad que ahora te proporciona ver este lugar no es tu destino. Recuerda que vienes de tormentas interminables, naufragios milenarios y sed infinita. Eres lo que está por venir y lo que aprendiste de aquello que fuiste. Vive sobre la certeza de la vida pero con la incertidumbre de un soplo de viento, casual y certero. Camina por otras playas, ve al encuentro de otros cuerpos que te ofrecerán sus besos como puertos seguros en los que quedarse. Quédate el tiempo que quieras o necesites. Llévate siempre contigo y no te pierdas nunca de vista. Vive con todo lo que la vida te ofrezca. Convierte la furia  en calma y la calma en rebeldía para arriar las velas y sentir el impulso de un sueño en tu vientre. Nunca dejes el placer para más tarde. Sé exploradora de charcos. Recuerda que siempre habrá ropa  limpia si te mojas. 

viernes, 17 de julio de 2020

Manos


Miro mis manos y me acuerdo de las tuyas.  Conservo alguna foto que rescaté de aquel verano del incendio y, en todas, tienes una mirada ausente, perdida, como si tu anhelo estuviera muy lejos de ti. Lo suficiente no estaba en lo próximo sino en alguna parte indeterminada de un más allá que no se materializaba nunca.  Yo tampoco te miraba, mamá, solo quería ir detrás de ti para ver lo que tú veías y poder traértelo con la secreta esperanza de que, al tenerlo entre mis manos, pudieras al fin reconocerme. Estoy aquí, mamá. Estoy aquí. Siempre lo he estado. Durante mucho tiempo tus huellas han sido  mis zapatos. Hoy me resultan incómodos, no son mi número ya. Quiero cambiarlos por otros que me gusten más. Sentirlo me viene bien, me da una fuerza que estaba en mi cuerpo y que he querido ocultar. Miro tus fotos y pienso ¿A quién aprendí a abandonar mientras quería traerte la luna? Cuanto más me alejo de ti, más fácil me resulta ver a la mujer que eras y más amor siento por mí,  la que fui y la que soy ahora. Miro mis manos y sé que son mías aunque me recuerden a las tuyas. 

sábado, 11 de julio de 2020



Parar.
Escuchar el latido.
Ahondar en la fuerza de la raíz
para sentir el cielo.
El reposo es la única guía de los guerreros.

Vendrán viejas tormentas a tantear nuestra alma y nuevas alegrías envueltas en inesperadas casualidades.

Querremos,
cuando el recuerdo sea olvido,
saltar nuevos charcos con la inocencia del que intuye que en el impulso está el aprendizaje de la vida con mayúsculas.

Volveremos a recorrer los mismos caminos
pero sabiendo que una mirada lo cambia todo.

Seremos los de siempre aunque nunca más los mismos.

Ahora sabemos regresar.

viernes, 26 de junio de 2020

Te toman la temperatura como síntoma de buena salud. Durante todo este tiempo yo también he usado un imaginario  termómetro para someter a todo aquello que ha pasado por mí a un exhaustivo examen. Así he comprobado que hay ideas y personas que me dejan fría y, por tanto,  he procurado dedicarles poca atención.  También me ha pasado lo mismo con los recuerdos. Hay recuerdos que me han  invitado a pasar página y otros, en cambio, estoy deseando volverlos a vivir, como el olor y la vista del mar. Quizá tengo que volver a lo primitivo, al cuerpo, a su temperatura como guía del hacia dónde me dirijo ahora. Instalarme en la confianza máxima con la vida y establecer unas nuevas reglas en las que la escucha de mí misma sea la prioridad. Si algo me deja fría, será no y obedecer ese no supondrá observar qué ocurre conmigo cuando el no rebote en el espejo. En cambio, si el cuerpo entra en calor con lo que tiene delante,  será sí y permitirme explorar ese sí va a requerir vivir mi disponibilidad hasta el final. El ni frío ni calor vendrá a ser un no sé y también tendré que saber quedarme ahí sin querer solucionarlo ya, ni obtener una respuesta que se acomode a lo que espero. La nueva realidad ha venido para hacerlo todo más sencillo, me digo,  mientras una copa de vino blanco muy frío comienza a calentarme el cuerpo. 

domingo, 14 de junio de 2020

Hay muchas madres en una madre y, también, muchas sombras. El peso de ambas me abruma porque no sé dónde colocar cada cosa. Agradezco el regalo de la vida con todo su equipaje y lo que costó. Sin embargo, tengo la sensación de que recién me he mudado a una casa a la que puedo llamar mía y que cada caja que desembalo de esta enorme aventura me trae una sorpresa o  una decepción o un regalo o todo junto a la vez. Voy ordenando en cada cajón, en cada estantería a mi manera. A veces me sorpendo pensando si me viera mi madre, esto no lo haría así pero yo lo hago de todas formas. Es una manera de construirme, de darme permiso y de aumentar mi mala conciencia porque cuanto más me separo de ti, más te valoro y te quiero, no con la boca pequeña de hija, sino con el corazón que late gracias a ti. No sé si me alcanzará la vida para ser hija. Por eso me inclino ante ti, mamá, porque eres hija y madre, mi madre. Gracias mamá.

martes, 3 de marzo de 2020

La vida está llena de revoluciones, íntimas, pequeñas y cotidianas sin necesidad de empuñar espadas ni ser Juana de Arco. Puedes despertar en una cama que no es la tuya pero sabes que harás de ella hogar y descanso cuando tu cuerpo lo necesite. Estrenas taza y café y es como la primera vez de muchas que vendrán. Te sientes nueva por dentro y solo quieres habitarte más y mejor. En tránsito, siempre en tránsito entre un lugar y otro, aprendiendo a vivir los espacios intermedios como los únicos posibles aquí y ahora. Ves montañas altas, muy altas y el miedo a escalar desaparece a fuerza de subir por ellas palabra a palabra. La vida nos empuja hacia la revoluciòn cuyo inicio es un sonido íntimo y profundo que resuena como un eco dentro, muy adentro. La vida está llena de pequeñas revoluciones como abrir una ventana y divisarte en otro paisaje.

sábado, 22 de febrero de 2020

Eva, celeste carne de mujer, acusada de traidora (por tu culpa, tu gran culpa) Nadie te dijo que no fuiste la primera.Te condenaron y nos condenaron a vagar sin sombra. Fuimos educadas a tu imagen y semejanza, y así nos ven algunos hombres, sin saber que tu otra mitad es Lilith, la que ejerce su libertad y se marcha cuando no quiere estar en un lugar aunque le digan que es el paraíso; la que explora su femineidad, su sexualidad, su deseo, su oscuridad y su brillo. Vivimos divididas porque no nos contaron que somos una, "LithEva".Nos desordenaron a conciencia para no escuchar nuestra voz, esa que nos dice "descubre en ti tu propia verdad" Y nos creemos solas. Aunque nos acompañen otras, no las reconocemos. ¿Y ellos? ¿Dónde están ellos? También caminan errantes, algunos; soberbios, otros. Se creen protegidos por el poder que da la historia que les contaron. Sin embargo, a ellos también les mintieron, les ningunearon. Son esclavos y no lo saben, todavía.

martes, 4 de febrero de 2020

Tiempo. Compro tiempo. Necesito tiempo para ir más despacio. Tiempo para mí, para cuidarme y para no hacer nada. La prisa me invade y no veo con claridad. He intuido, a lo lejos,  el origen de tanta aceleración desenfrenada: querer ser productiva todo el tiempo. Mi mente planifica al milímetro pero mi cuerpo no es capaz de seguirla. Saltar vallas que yo misma me  pongo de lunes a viernes y querer seguir saltándolas en fin de semana no es posible. Correr, correr y no  poder llegar a ninguna  meta. Quiero aprender a  perder el tiempo como forma de ganarlo, de ganarme. Mi cuerpo va lento, pienso yo, pero quizá es que ahora ha encontrado, por fin, su propia cadencia y ha dejado de escuchar mi desabrido látigo ¿No se trata ahora de escucharme? ¿De no seguir ese viaje hacia la nada? Despacio, despacio para sentir mi tiempo. No hace falta apagar ningún fuego. Más bien dejar que crezca dentro y lento. Acostumbrarme a que el calor vaya conmigo a todas partes y no dejar que ningún látigo lo apague.

sábado, 1 de febrero de 2020



Fue ayer

En el borde de tu boca
agujeros negros.
A mi piel
 adheridos
tus silencios,
tu vacío
y mi desconcierto.

En mitad de la noche
el tiempo giró sobre su propio eje
agotado
lívido
lleno de preguntas
 sin respuesta.

He hecho limpieza de recuerdos
pero sé que fue ayer,
 ayer mismo.

viernes, 31 de enero de 2020


Era buena... tan buena que podía interpretar cómo se sentían aquellos que vivían con ella sin mirarlos. Escuchando sólo las pisadas en el rellano sabía si venían cansados, tristes o furiosos. Fue una gran cualidad durante mucho tiempo. La puso a salvo de muchos contratiempos aunque no pudo evitar caer en otros por la misma razón. Su habilidad le dio una gran capacidad de adaptación al medio pero poca destreza consigo misma. Cuando se vive de puertas para afuera se puede apreciar el orden y el compromiso pero nadie ve tu cama sin hacer y los libros tirados por el suelo. Es curioso cómo andamos cultivando jardines extraños, llamándonos jardineros, cuando realmente, aunque simulemos que sabemos de plantas , no sabemos nada. Ella , muy digna en su don interpretativo, simulaba que amaba, que era feliz...que controlaba su vida. Y no sabía absolutamente nada. Entonces llega el día en que ya no cabes en más sitios porque tu cuerpo, que creías de plastilina, se ha desfigurado tanto que no lo reconoces. Tú no eres tú porque no sabes qué es ser tú. Y la vida te proporciona experiencias para que te mires. Cuanto menos quieras hacerlo, más potente será el espejo. Te rindes. Dices basta. Tratas de encontrarte entre las toneladas de jardines, de matojos, de barro. Y lo haces. Sientes todo lo que no te atreviste a sentir y comienzas a vivir desde tu vulnerabilidad y todas tus interpretaciones se desvanecen porque ya no  distingues una cara amable de una ironía. Pero tú sigues porque si te duele y lo dices te estás curando de tu soberbia, estás en ti, no tratando de encajar en moldes de magdalena cuando tú no eres una magdalena. Sigues porque una vez que has empezado a abonar tu propia tierra ya no puedes parar, ya eres capaz de no callar y de no mirar para otro lado. Todo eso pensé en el momento que oí "cuando tú quieras". Y me di cuenta de que yo no quería leer más a los demás, ni ser intérprete de nadie, ni cuidar jardines extraños. No, no quiero. Ahora me he comprado una bella parcela con vistas a mi mar que cultivo con amor los días pares, mientras que los impares los dedico a disfrutar de lo que he sembrado. No hay verjas, ni malas hierbas. Serás bienvenido/a sólo si ya compraste la tuya y disfrutas de ella. Comparto la alegría con quien vive con la alegría, la auténtica pasa por encontrarse con la tristeza y quererla, pero ya no adivino intenciones que no son mías.

martes, 28 de enero de 2020


No te hizo falta arder con la última nave. La vida la quemó por ti y te ahorró el trabajo. Te quemaste con otras y sabes que no fue en vano. Fuiste en  busca de tu sombra varada y la rescataste. Te soltaste de aquella mirada congelada de tu mundo infantil. Te hiciste carne presente atravesada por el dolor de las costuras. Es ahora  cuando te das cuenta de la tarea que emprendiste. No hay palabras a las que volver ( ni siquiera la memoria es unabuen trampolín de regreso) porque la vista no puede quedarse atrapada  en la contemplación  de la imagen que creíste ser. Todo lo que necesitabas, fue. En su inercia el cuerpo querrá girarse para ver, por última vez, el recuerdo del humo, pero solo mirando hacia delante podrás contemplar cómo la sal derrite inexorablemente la nieve de este frío invierno.










viernes, 24 de enero de 2020

Siempre te adelantas, me dijiste. Adáptate a lo que ellos esperan; sé buena chica y no te muestres demasiado no sea que se asusten al verte; ama un pasito por detrás de él y haz como que no pero sí. Zambúllete en las aguas pantanosas, oscuras,  de las expectativas. Sé tú pero a merced de otro. Yo que cuando abrí aquella puerta y te miré a los ojos, solo pude gritar sí con el alma-un sí que me trajo de vuelta a mi vida-Y, sin embargo, nunca he ido más a tiempo que ahora. Nunca me he querido más que ahora, nunca me he perdonado más que ahora y nunca me he soñado más que ahora. Voy al ritmo de lo que siento aquí y ahora. Y si tus ojos me miraron de lejos no es asunto de mi pisada y si tus hombros no estuvieron a la altura de los míos no fue porque yo fuese pequeña. El certificado de defunción existe, lo he visto, lo he firmado y pago el precio. Se muere lo que no tiene raíz ni da alas. Aquí muere un relación que fue cosa de dos durante un tiempo y ya no lo es. Aquí yace un amor lleno de expectativas que no se cumplieron pero que, a cambio, nos dejó el amor de lo que es. Y, créeme, lo que es nunca se atrasa ni se adelanta.

martes, 21 de enero de 2020

Hace siete años esperaba una nieve que no llegó. Y mientras esperaba, aprendí a sentir mis  mapas del tiempo. Las nubes de mi cielo siempre avisan sobre lo que ya está aquí; las tormentas provocan sacudidas inesperadas y necesarias si eres capaz de admirar su belleza una vez que han pasado y hueles a limpio; el sol siempre gira contigo aunque tardes en verlo brillar. Sí, lo importante nunca fue si la nieve vino y se dejó caer arropándonos con blancas y frías sábanas de invierno. Lo más importante fue sentir que en mi interior latía un mundo de anticlones y borrascas que me llenaban de vida y que hacían de la tarea de esperar un acto inútil. Nunca se debe esperar lo que ya se es porque siempre está aquí, solo despejar el camino y ser capaz de verlo.

Nunca debí hacer caso a mi madre

 De  verdad, madre, que no la entiendo. No sé a qué viene ahora el pedirme eso. ¡Que espíe a mi padre! ¿Por qué? ¿Qué cree que va a consegui...